Grijota guardó, mucho más que otros pueblos o comarcas, unas señas de autenticidad y conservó su identidad como pueblo, valorando con orgullo todas y cada una de sus manifestaciones de la tradición, siendo afamadas y prestigiadas en toda la provincia. Por ello a Grijota recurrían desde la capital solicitando a los grijotanos que hicieran gala de esas costumbres en todo tipo de eventos, recibimientos de autoridades, concursos, exaltaciones de música o danza.

Entrevista que el etnógrafo Carlos Porro hizo al grijotano Teodoro Álvarez, veterano cofrade del Cristo del Amparo