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«De Palencia a Liébana». Un Camino del siglo XXI con más de 500 años de historia. En ocasiones las personas transitamos ciertos “caminos” no sólo por el placer de recorrerlos, sino para encontrar un sentido a nuestras vidas. Quizá nos mueve una razón no bien definida, un objetivo a veces no preciso, una búsqueda interior, o simplemente el placer de conocer paisajes y gentes, pero sabemos que nos hace sentirnos mejor con nosotros mismos.

El itinerario de este tránsito entre los campos meseteños y las brañas cántabras transcurre en las tierras de Palencia por variados paisajes, bien por las sirgas del Canal de Castilla, por el camino Románico del Norte y finalmente por las verdes trochas de las Montañas Palentinas, hasta el límite entre ambas Comunidades.

El recorrido, pensado para caminar o pedalear, se ha dividido en 11 etapas orientativas, pormenorizadamente descritas, que incluye tanto los itinerarios como los servicios de interés para el peregrino, así como los puntos para el sellado de las credenciales que certificarán su condición de “cruceno”, nombre con el que se distingue a quienes con tal fin se dirigen a Santo Toribio de Liébana, para venerar las reliquias del Santo y su famoso Lignum Crucis.

Tanto nuestra ruta desde la Meseta Castellana, como la que desciende del Mar Cantábrico tienen un mismo destino, el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, primitivo cenobio que atesora entre sus muros el mayor fragmento de Lignum Crucis del orbe, una de las reliquias más veneradas de la cristiandad, lo que motivó que ya en 1512 el Papa Julio II otorgase la Bula que establecía una semana de jubileo, los años en que la festividad del Santo coincidiera en domingo.


Pero sería mucho antes, en el siglo VI, cuando Santo Toribio llegara de Palencia a este recóndito lugar donde erigió un eremitorio con la intención de vivir en la naturaleza una vida sencilla, consagrada a Dios, tras predicar en contra de la herejía prisciliana.


Esto había sido causa de que fuera apedreado por los palentinos, habiendo de refugiarse en la ermita de Santa María del Cerro, acontecimiento en cuya memoria Palencia celebra cada año la tradicional “pedrea” del día del Santo, declarada Fiesta de Interés Turístico Regional.


Otro Toribio, obispo de Astorga, sería enterrado en olor de santidad en el monasterio lebaniego en el siglo VIII, cuando sus restos llegaron junto con la reliquia del sagrado madero. En esta centuria el santuario cuenta El Camino Lebaniego Castellano con un insigne fraile benedictino, Beato de Liébana, autor de los Comentarios al Apocalipsis de San Juan que dos siglos más tarde, a caballo del año mil, inspiraron los famosos Beatos Mozárabes que describen en bellísimos códices miniados las escenas del Apocalipsis, plasmando en imágenes entendibles por gente iletrada lo que acaecería con el cambio de milenio.


La Iglesia monacal se construyó en 1256, ya en estilo gótico, destacando la Puerta del Perdón, de estilo románico, que se abre tras los golpes de un martillo cada Año Jubilar, la estatua yacente de madera de Santo Toribio de Astorga, de tradición gótica, y la capilla barroca que alberga los restos de la Cruz de Cristo. Con estos antecedentes cómo no embarcarse en esta singladura entre la tierra y la naturaleza, para arribar a puerto tan extraordinario.

Cruceno, ¡Buen Camino!

El Camino está señalizado en su totalidad con señales direccionales o balizas, por lo que seguirlo no plantea dificultad.
En cuanto a las etapas paralelas al Canal de Castilla, la referencia de las sirgas Izquierda y Derecha están tomadas en el sentido de la marcha; es decir, remontando el curso del Canal hacia Santo Toribio.

Prepárese físicamente e infórmese antes de comenzar el Camino. Ande unos días antes con el mismo calzado que utilizará en el camino y con un peso en la espalda parecido al que va a llevar. Prepare el equipaje. Sobre todo no olvide su documentación: DNI o pasaporte y tarjeta sanitaria. Lleve un botiquín. Su mochila no debe pesar más del 10% de su peso. Utilice ropa cómoda adaptada a la época en la que se realice la peregrinación y lleve siempre alguna muda, impermeable de color llamativo, saco de dormir, esterilla y neceser.

Si va a ir en bicicleta, recuerde llevar casco, obligatorio si circula por vías interurbanas, y ropa que lo haga visible. Evite mochilas o peso en la espalda. Utilice calzado de travesía, flexible y transpirable. Es aconsejable una bota alta que abrace el tobillo para evitar esguinces. Lleve unas chanclas para usar en la ducha y calzado cómodo de recambio para descansar los pies al final de travesía. Vigile su alimentación para prevenir posibles gastroenteritis. Beba agua o líquido durante el día, aunque no tengas sed, lleve una cantimplora o beba únicamente de fuentes que indiquen su potabilidad. Haga estiramientos antes de salir. Es fundamental el cuidado de los pies. Respete la señalización, las propiedades privadas, evite molestar a los animales en libertad y cuide los edificios históricos. Tómese su tiempo y disfrute de su experiencia